domingo, 15 de marzo de 2009

El espantoso placer...



Me paseo por las estanterías de la biblioteca. Los libros me dan la espalda. No para rechazarme, como las personas, sino de un modo hospitalario, para presentarse. Metro tras metro de libros que jamás podré leer. Y yo sé: es vida lo que se me ofrece, son añadidos a mi propia vida que están esperando a ser usados. Pero a la velocidad que desaparecen los días, las posibilidades permanecen...abandonadas. Uno de estos libros podría haber sido suficiente para cambiar mi vida por completo. ¿Quién soy ahora? ¿Quién podría haber sido?

(El espantoso placer. Epístolas sobre los misterios de la lectura, Simen Skjönsberg)